Analizamos la cultura, la operación, la industria, el volúmen de colaboradores y sus principales actividades para proponer las competencias ideales de liderazgo, su nivel de dominio adecuado y diseñamos las directrices de vivencia para cada una.

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Acorde a las competencias definidas, aplicamos una serie de baterías psicométricas a los líderes para identificar su nivel de dominio actual. Dato que, opcionalmente, podemos complementar a través de evaluaciones en formato 360º que nos permitan escuchar lo que los colaboradores, y otros jugadores clave, perciben sobre el nivel de dominio que tiene cada líder en cada competencia.

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Una vez confirmado el nivel de dominio individual y general, hacemos una detección de necesidades de capacitación que permita conocer los aspectos generales, e individuales, en que deberemos fortalecer las habilidades de los líderes para que la organización, acorde a sus posibilidades, defina la mejor alternativa para realizarlo. Por último, apoyamos a definir la estrategia de comunicación y refuerzo constante de dichas competencias y directrices.